“HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE”
Hace unos días en México, escuchamos un discurso que sin duda nos deja lecciones de vida. En el acto en el que el Estado Mexicano a través de la Procuraduría General de la República (PGR), ofreció disculpas y aclaración de inocencia por la arbitrariedad y la injusta impartición de justicia, en contra de tres mujeres indígenas de Querétaro: Jacinta, Alberta y Teresa; la hija de Jacinta expresó un discurso que ojalá todas y todos los que nos dedicamos a lo público, lo leyéramos y re leyéramos cuantas veces sea necesario, para seguir luchando “hasta que la dignidad se haga costumbre”. De inmediato vinieron a mi mente algunas declaraciones que en los últimos días hemos escuchado en Puebla de algunos políticos de mi partido. Ser un buen político no es una tarea fácil, especialmente en momentos en que existe una facilidad tan grande de caer en los extremos peligrosos de la sumisión servil, la abyección y hasta de la deslealtad y la traición, como condicionantes de la continuidad ...