Y LOS POBLANOS Y POBLANAS DECIDIERON

Decía Joseph Goebbels que “en la guerra no existen victorias sino distintos grados de derrota.” Lo mismo acontece en la competencia electoral, lo que nos da pauta a un primer análisis del proceso electoral que vivimos en Puebla, pues entre los especialistas de la ciencia política es cada vez más aceptada: ninguna victoria es para siempre y  tampoco ninguna derrota. 
Por ello considero que debe ser la mesura la que debe prevalecer en la interpretación de los resultados obtenidos el pasado domingo y explico por qué lo considero así.
De los 4 millones 291 mil 93 ciudadanos y ciudadanas registradas en la lista nominal un 55.33% del listado no acudió a votar; el nivel de abstencionismo que acumuló el actual proceso electoral superó al histórico poblano.
Tan sólo 1 millón 775 mil 395 personas (44.67% del listado nominal) ejercieron su derecho a votar y de ellos 67 mil 374 personas (3.79%) lo hicieron para anular su voto (PREP, 2016).
A pesar de la “gran” coalición que postuló al todavía candidato oficial del Gobierno del Estado Antonio Gali, -quien de entrada generó una percepción equivocada de que representaba una fortaleza electoral-  lo cual incluyó a los partidos políticos Acción Nacional (PAN), del Trabajo (PT), Nueva Alianza (PANAL), Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración (PSI), sólo obtuvieron 45.5% del total de votación: 805 mil257 votos (PREP, 2016).
Esto lo refiero porque debe visibilizarse -considerando por supuesto el contexto que entonces fue totalmente distinto al que generaron en el actual-  la diferencia de votos obtenidos comparativamente con la elección para gobernador anterior -que es el referente- cuando contendió Rafael Moreno Valle con una coalición similar -salvo que en esta ocasión no sumó al PRD- obtuvo entonces 1 millón 111 mil 318, lo que significa una disminución importante en la votación de estos partidos políticos coaligados, lo cual se podrá constatar cuando se conozcan los resultados finales. Incluso más de uno se quedarán sin registro (Partido Social de Integración y Compromiso por Puebla), de manera que 306 mil 061 personas ya no refrendaron el proyecto del gobierno en funciones. 
El elevado nivel de abstencionismo es un elemento que debe ser motivo de un análisis más profundo, sin embargo, pudiese considerarse como uno de los factores, el que se trató de un proceso electoral que tuvo una intervención directa del Estado poblano, percepción inicial que fue permeando entre la ciudadanía, en hechos relacionados con que el aparato del Estado favorecía al candidato oficial; que había un exceso propagandístico; y la intimidación y la amenaza -que ha quedado debidamente documentada- , la cual se fue incrementando día a día. Esa percepción durante todo el proceso electoral, se convirtió en una realidad generalizada lo que generó una falta de confianza en el proceso electoral.
Otro factor del elevado abstencionismo es también la falta de confianza en los partidos políticos que de entrada es una realidad; pero a la cual abonó en el proceso poblano, el alto grado de “guerra sucia o negra” que sin duda inhibe a los ciudadanos en su ejercicio del voto.
A partir de estos factores que influyeron durante todo el proceso, los partidos políticos tenemos que  reflexionar mesuradamente acerca de la alta responsabilidad de quienes participan en los procesos políticos, considerar que por encima de partidos políticos está el interés público y la concordia. Hacerlo mediante campañas que motiven a la ciudadanía a ejercer su derecho a votar mediante campañas de contraste de las propuestas y los compromisos.  En Puebla lamentablemente, los estrategas del candidato oficial Antonio Gali decidieron hacer uso de una permanente “guerra sucia” en contra de Blanca Alcalá. 
Los comicios poblanos de acuerdo a algunos análisis no pueden ser considerados como un ejemplo de contienda electoral, las leyes electorales que rigen, no fueron la base de la norma que lo regulara.
Rafael Moreno Valle se impuso, sin duda. La elección podrán considerarla como “legal” pero es ilegítima.
Que si el voto anti-priista superó al voto anti-morenovallista. Que si el contexto nacional jugó en contra de Blanca Alcalá. Habrá que analizarlo, como habrá que profundizar en los factores enunciados, así como en los obstáculos internos y externos. La realidad es que en Puebla hay una sociedad agraviada que decidió no participar y ello debe ser de una gran preocupación para los partidos políticos.
La votación no favoreció a nuestra candidata Blanca Alcalá del Partido Revolucionario Institucional. Los ciudadanos poblanos y poblanas decidieron, pero no podemos considerarlo como una derrota, Blanca Alcalá fue una candidata honesta que buscaba mejorar la calidad de vida de las familias poblanas, que propuso y se comprometió con un desarrollo regional equilibrado, con un gobierno sensible y cercano a la gente;  asumir los resultados no implica abandonar nuestros principios, sus objetivos y abanderar sus causas. Sigo convencida de que era la mejor opción para Puebla.
El PRI ahora se enfoca a construir una autocrítica objetiva de los diversos escenarios que determinaron el comportamiento de los electores y  también como variable que lo explica; a contribuir en mayor medida a la no discriminación y a la desigualdad asociada a las campañas políticas donde contienden mujeres; nos avocaremos a encontrar soluciones inmediatas que nos acerquen a la gente para recuperar su confianza, a entender -como lo señala el Presidente Beltrones- el mensaje ciudadano con estos resultados y trabajar de manera inmediata reconfigurando los liderazgos y dando mayor cabida a los sectores.
En política no hay victorias permanentes, ni derrotas vitalicias. En la política moderna no solamente basta con arribar a un puesto público, sino que también se requiere la legitimación permanente que otorga el trabajo cotidiano de responder con prontitud y eficacia a las demandas ciudadanas.
Con dignidad pero con decisión en esta nueva etapa, en el PRI asumimos la decisión ciudadana, continuaremos los procesos legales que se iniciaron durante el proceso y los que se presentarán hasta sus últimas consecuencias, y haremos valer la confianza que nos otorgaron  los casi 600 mil ciudadanos que creyeron y respaldaron con su voto el proyecto de Blanca Alcalá.  
Asumiremos nuestro papel de partido en oposición con el gobierno, convirtiéndonos en vigilantes permanentes del cumplimiento de sus ofrecimientos de campaña.
Ninguna victoria es para siempre y  tampoco ninguna derrota. 


@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco

rociogarciaolmedo.blogspot.com 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA UNIVERSALIDAD EN LOS DERECHOS HUMANOS

DERECHO A UNA REPRESENTACIÓN POLÍTICA SIN VIOLENCIA

MAURICE DUVERGER